Somos una organización sin fines de lucro, del Valle de Paravachasca, que tiene como misión el cuidado
del ambiente y la remediación del impacto de la actividad humana sobre la naturaleza a través de
diferentes acciones.
Durante los incendios que asolaron el Valle de Paravachasca durante el 2020, un grupo de vecinos y
vecinas de Anisacate nos juntamos a sembrar semillas de árboles nativos con la idea de hacer un pequeño
aporte al biocorredor.
Con el tiempo, se fueron sumando personas de otras localidades del Valle.
Con el aporte de diferentes organizaciones, como el Instituto Jane Goodall y la Municipalidad de
Anisacate, el grupo de trabajo fue creciendo y se terminó constituyendo una fundación con perspectiva de
crecimiento.
Actualmente la fundación se sostiene principalmente por el trabajo voluntario de vecinas y vecinos del
valle, por la venta de plantines a privados y donaciones.